martes, 21 de octubre de 2014

No sé felicitar los cumpleaños.

Nunca se me ha dado bien felicitarle a nadie el cumpleaños, y quien me conozca sabe que en general no se me da muy bien decirle a alguien cosas como que le considero realmente importante, o que me ha hecho pasar uno de los mejores veranos de mi vida, ni siquiera felicitarle en su cumpleaños mediante una entrada en mi blog fingiendo absurdamente que no le estoy felicitando el cumpleaños, Isti.

Y no se trata de no saber decir "Feliz cumpleaños", sino que me parece ridículo cuando conoces a alguien desde hace tantos años que lo que quieres no es decirle que te has acordado de su cumpleaños, sino que te alegras de que tal día como hoy, hace inmencionables años, llegara a este mundo para, tras millones de casualidades una detrás de otra, terminara apareciendo en tu vida para ir acumulando momentos -buenos y malos- que no querrías olvidar por nada del mundo si eso significara olvidar un sólo minuto de esa persona.

Tampoco sé decir cosas como que todo lo que haya hecho por una determinada persona lo volvería a hacer mil veces, no por compromiso ni por esperar nada a cambio, sino porque dicha persona -en caso de que existiera tal persona a quien le quisiera decir tal cosa- se merece todo eso y más, aunque muchas veces se niegue a darse cuenta de ello.

Y tampoco sé dar las gracias por, simplemente, estar ahí día tras día y ser como es, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en las amenazas de muerte y en las muertes de risa, todos los días de su vida hasta que una paliza nos separe, amén.

Falta escribir lo imposible cuando intentas decir algo disfrazado en spiderman. Ingresa siempre tus impuestos.

MONGUER, MONGUER, AAA-AAA DUBIDUBIDUBÍ

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