lunes, 30 de diciembre de 2013

Terror de media tarde.

Feliz primavera a todos, queridos telespectadores. Por favor, tomen asiento, está a punto de dar comienzo la nonagésima nona edición de Los Juegos del Mono.

Doy por sentado que todos os habéis enfrentado a uno de esos enemigos silenciosos a los que debemos encararnos tarde o temprano: Una silenciosa y aburrida tarde de domingo.
Sí, amigos. Por A o por B te has quedado en casa, en pleno fin de semana y sin ningún plan en absoluto. Una sensación de agobio comienza a recorrer tu cuerpo, así que corres raudo y veloz en busca de una cura para ese terrible mal que es el aburrimiento.
¿Comer? Demasiado breve. ¿Tener un hijo? Demasiado largo. ¿Escribir un libro? Demasiado esfuerzo. ¿Plantar un árbol? Intestinos demasiado vacíos.

Plantas rodadoras atraviesan la soleada calle. Cigarras entonan su monótona sinfonía. La idea del suicidio se aproxima desde la lejanía, cabalgando a lomos de un hermoso corcel llamado subconsciente.
De pronto, aparece un joven apuesto con promesas de diversión y entretenimiento garantizados: El mando de la tele.
¡Por supuesto! Encender el televisor es la mejor idea que podrías haber tenido. Es domingo por la tarde, mucha gente está en casa, las cadenas de televisión deben estar dando lo mejor de sí para entretener a sus fieles seguidores (por la parte de los coj****).
Enciendes el televisor, pero cuál es tu sorpresa al descubrir que has entrado en el territorio del enemigo más mordaz al que podrías enfrentarte...

Las TV Movies.

En efecto, esas películas hechas sólo para su emisión en televisión, de las cuales destacan dos estilos dominantes:

-Amor pasteloso.

-Mujer que debe encontrar a un asesino.

Del primer estilo me limitaré a decir que un pedacito de mí muere cada vez que veo una de ellas. Y como soy un caballero, pasaré directamente al segundo estilo.

Una mujer, generalmente de entre 30-40 años, rubia, alrededor de la cual se desarrolla a velocidad de vértigo una compleja y para nada exagerada red de engaños y manipulación, tras la que se oculta un despiadado asesino que hará peligrar la vida de nuestra protagonista.
Partiendo de esa base, nos encontramos ante un precioso 50% de posibilidades de que la protagonista sea policía, lo cual aparentemente no influirá en la trama, ya que pese a ser la mejor policía de ese pueblo de mala muerte no podrá confiar en ninguno de sus compañeros ya que, o no están a la altura de sus capacidades como detective, o son demasiado gordos para levantarse de su asiento, o la menospreciarán por ser mujer (porque es muy importante remarcar que vivimos en una sociedad machista para que el público empatice con la protagonista), o en la mayoría de los casos, las tres cosas juntas.
Así que nuestra bella policía deberá desvelar el misterio sin hacer uso de ninguna de sus ventajas como tal, y sin ponerse el uniforme en ningún momento. Porque es policía, pero ante todo, es una mujer coqueta.

Por otro lado, si nos encontramos ante ese 50% de posibilidades de que la protagonista no sea policía, la trama se verá gravemente afectada ya que, por muy inteligente, responsable y capaz que sea nuestra bella amiga, nadie le hará el más mínimo caso y todos la tomarán por la loca perturbada que, por motivos inexplicables, aparenta ser.
Aun así, y pese a no tener ni de lejos la misma preparación en resolución de misterios que nuestra amiga la policía, nuestra protagonista descubrirá al asesino en un tiempo récord, generalmente gracias a que el asesino guarda un registro de sus crímenes en el primer archivador de su despacho (LO MÁS LÓGICO DEL CONDENADO MUNDO), pero ahora se enfrentará a la impotencia de ser tratada como una loca histérica lanzando acusaciones sin fundamento al hombre más respetado del lugar. Y pese a que nos muestran a la protagonista como una mujer inteligente y responsable, en ningún maldito momento se le pasará por la cabeza la descabellada idea de coger las pruebas incriminatorias y usarlas para denunciar al asesino, porque ella es una mujer de principios, y eso sería jugar con ventaja.

Y ahora llegamos al punto en el que ambas posibilidades se juntan, ya que el desenlace será el mismo tanto si la protagonista es policía, como si no lo es.
Tras mucho esfuerzo, nuestra protagonista logra convencer a una amiga de quién es realmente el asesino y lo que planea, lo que condenará a muerte a la amiga, que será asesinada en la siguiente escena, dejando aparentemente sola a nuestra protagonista. Y es entonces cuando el infame villano entra en frenesí asesino, e inicia una cadena de asesinatos, liquidando a todos los amigos y familiares de la protagonista, hasta que aparece el noble caballero dispuesto a ayudar a la bella dama y, si surge, ungir a la protagonista con el sagrado jugo de su potente báculo justiciero. Y juntos se dirigen al escenario final donde se esconde el asesino.
Tras una feroz pelea con el caballero, el asesino es aparentemente derrotado, pero se recupera para asesinar al caballero, y posteriormente ser rematado por nuestra protagonista, que tras tanto disgusto al fin puede respirar aliviada.

Y en ese momento piensas dos cosas: "Valiente hija de la grandísima ****, ¿¡Cómo tienes los santos coj**** de respirar aliviada después de que todos tus seres queridos hayan muerto!?" y "Definitivamente, el suicidio hubiese sido la mejor opción".

Pero ya es tarde, tu aburrimiento se ha convertido en frustración, así que debido al tremendo enfado que tienes por haber cometido la estupidez de ver esa película, decides castigarte a ti mismo quedándote a ver la película que se emite a continuación, con una trama idéntica a la que acabas de ver, con la esperanza de que tu cerebro te haga el favor de explotar para evitarte tal sufrimiento, pero no lo hace.

Así pues, queridos amigos, os deseo que paséis una feliz Pascua. Y ahora os dejo, que está a punto de empezar 'Acosada por un asesino que finge ser un apuesto empresario'.

lunes, 16 de diciembre de 2013

¡Feliz Navidad!

Hola amigos, amigas, y tú. Os he reunido de nuevo para comentaros algo que algunos ya sabréis.
Publico en este blog siempre que mi capacidad de concentración me lo permite. Por otro lado, ésta, mi memoria y mi tiempo libre rara vez coinciden, así que a veces las ideas llegan tan rápido como se van.
Y es por esto que os invito a que, si tenéis alguna sugerencia para posibles entradas, sois libres de comunicármelo mediante la caja de comentarios, o por cualquiera de los otros sitios donde seguro sabréis localizarme.
Dicho esto, os dejo esta vez con una entrada sobre esta fecha del año tan adorada por todos:

La Navidad.

En efecto, amigos, no hay nada como la Navidad. Esa época del año -porque sí, no nos engañemos, la Navidad ya es una época y no una celebración- cargada de ilusiones, luces de colores, inadaptados sociales que consiguen trabajo una vez al año como Papá Noel de centro comercial (mis respetos a todos ellos), abetos iluminados, y buenas intenciones. Muchas, muchas buenas intenciones.

Pero los tiempos cambian. Ahora mucha gente desaprueba la Navidad, y algunos de ellos lo argumentan con el hecho de que se trata de una festividad cristiana, y ellos no lo son. Pero no, eso no es más que una cortina de humo.
Porque cuando eres un niño, aunque no creas en la vida y milagros del niño Jesús, o aunque sepas que la mayoría de seres mitológicos de los que te hablaron tus padres no existen (el Ratoncito Perez, el Coco, el Hombre del Saco, Fraga, Papá Noel, el conejo de Pascua, Doraemon,...), aun así, escribes tu carta a Papá Noel porque sabes que has sido un niño bueno, y te mereces esos regalos que tanto quieres, porque para algo tiene que servir haberse portado bien todo el año.

Y empiezas a escribir tu carta:
Querido Papá Noel, ¿Qué tal has pasado este año?
Espero que muy bien. Yo he sido un niño muy bueno, he sacado muy buenas notas, hice caso a mamá y papá en todo lo que me dijeron, e incluso he aprendido a hacerme la cama.

Mi hermanito a veces se pone muy pesado, y alguna vez le he gritado, pero han sido muy pocas y en realidad le quiero.

Así que espero que este año me puedas traer esa bici roja tan chula que vi en el escaparate de aquella tienda hace dos años. Y también el último juego de los Power Rangers, y unas deportivas nuevas que las mías están desgastadas. Pero por favor, no te olvides de la bici.

Espero que te pases por aquí y que te gustaran los polvorones y la botella de Jack Daniels que te dejé el año pasado bajo el abeto y que te bebiste entera. Este año te dejaré otra.

Siempre tuya, Timmy.

Y mandas esa carta a Papá Noel con toda tu ilusión, y esperas cual perrete excitado esperando la hora del paseo hasta la mañana del día 25, para correr hasta el árbol de Navidad y descubrir que ese maldito gordo volvió a traerte un par de calcetines, una colonia que no usarás nunca, un jersey horrendo tejido por tu abuela con una hermosa cabeza de reno en todo el centro, y un par de juguetes que nunca supiste que existían.
Y tu odio hacia ese amable señor crece cuando días después, descubres que al desgraciado del hijo del vecino le trajeron una hermosa bici roja que ni siquiera se merece.

Y ese es un buen momento para odiar la Navidad. Pero no es así.
Empiezas a odiar la Navidad cuando caes en la cuenta de que lo realmente insoportable de estas fechas son:
*redoble de tambores*

La cena navideña.

"¡Genial! ¡Llegó la cena navideña! ¡Llevo todo el año deseando reunirme con esos miembros de la familia que no soporto y con los que no hablo en todo el año!"
- Nadie, nunca.

En serio, si quieres que alguien odie a otra persona, oblígale a cenar una vez al año con dicha persona, repitiendo cada año menú, temas de conversación, posición en la mesa e incluso acontecimientos incómodos que puedan suceder durante la noche.

Y por respeto a la gente que disfruta celebrando la cena navideña no profundizaré en este tema, porque podría dedicar un blog entero hablando de ese familiar que coge una botella de anís y empieza a rascarla con un tenedor PORQUE ESE MALDITO RUIDO INFERNAL LE GUSTA A TODO EL MUNDO, o ese otro familiar que le grita diciéndole que deje de comportarse como un crío, que está molestando a toda la familia con sus estupideces, o ese otro familiar que exclama "¡Dejad de discutir! ¡Es Navidad, en Navidad no se discute! ¡ESTÁIS MATANDO LA NAVIDAD!", o ese otro familiar que se duerme en el sofá y que provoca que nadie tenga permitido hacer el menor ruido PORQUE ES DE MUY MALA EDUCACIÓN HACER RUIDO CUANDO ALGUIEN DUERME DURANTE UNA CELEBRACIÓN.

Pero sí, definitivamente la cena navideña es el mejor evento inventado por el hombre después del suicido colectivo.

¡Salud, y feliz Hanukkah!

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Las Bananas en Pijama y su santa madre.

Bienvenidos de nuevo, queridos lectores, a la nave del mono. Esta noche os hablaremos sobre unas criaturas espeluznantes. Unos pequeños seres sobrevalorados que llevan habitando nuestros armarios desde tiempos inmemoriales: Los Pijamas.

Es posible que algunos, si no muchos de vosotros uséis uno de éstos cada noche. Es una afición que respeto -aunque no comparto-, pero no se trata de eso.
Cada cual es libre de cubrirse (o no) de la manera que prefiera llegada la noche, y mi problema no va con ello. Mi problema es la idea generalizada de que todos deberíamos usar pijama, y por ello dar por sentado que todos lo hacemos.

Llegados a este punto, y como le dijo el dos al veinte, seamos sinceros (ese humor de nivel es cortesía de la casa): ¿A quién no le han regalado nunca un pijama? Sí, amigos, horroroso regalo donde los haya, y la mejor manera de decirle a alguien "Te odio con todo mi ser" y aun así obligarle a mostrarse agradecido, y sonreir como si tu regalo no fuera la mayor [excremento] que se le podría regalar a alguien.

Y lo siento si alguien discrepa, pero no, no me parece bonito que me regalen una camisa y un pantalón de seda sin siquiera saber si me cubro mis monerías cada noche, porque pueden sucederse dos cosas: La primera, en la que me incluyo, es que la persona a quien se le hace el regalo no utilice pijama, por lo que regalarle uno es de lo más absurdo; la segunda es que la persona a quien se le hace el regalo utilice pijama, por lo que ya tendrá uno, que además será de su agrado, por lo que regalarle otro y sin que esa persona lo haya elegido, puede ser quizá más absurdo todavía.

Y como me gusta decir a estas alturas: A los hechos me remito.
 Cuando tenía 8 años, como buen hijo de vecino, hice la comunión. El caso es que la oferta fue más o menos así: 'Puedes hacer la comunión o puedes no hacerla. Si no la haces, no pasa nada, pero si la haces la gente te hará regalos y tendrás tu propia celebración'. Quizá fuera un chantaje, pero acepté.
Y todo parecía muy bonito, hasta que la promesa de regalos comenzó a convertirse en un arma de doble filo.
Tal fue mi sorpresa al ver que el regalo de una de mis tías fue, ni mas ni menos, un hermoso pijama de seda.
Por aquél entonces, cabe decir que yo era un niño adorable y delgado. Y remarco lo de delgado como dato importante, ya que el pijama era talla XL, por lo que la opción de usar dicho pijama quedó descartada, y para cuando pude ponerme ese pijama, años después, ya no había rastro de aquél niño adorable y delgado. De hecho, lo que había era más bien un pre-adolescente que parecía haberse comido al niño anteriormente mencionado.

Así que por favor, antes de regalar un pijama a alguien, haceos las siguientes preguntas: ¿De verdad odio tanto a esta persona? y ¿De verdad quiero que esta persona me odie tanto?
Y si aun así tenéis la indecencia de querer regalar pijamas a la gente, por favor, POR FAVOR, a mí con una hez envuelta en papel albal me basta como regalo.

Por último, quisiera ponerme un momento en el papel de persona decente y dedicar esta entrada a una señorita con pelo de algodón de azúcar, porque se lo merece.

lunes, 30 de septiembre de 2013

No escucharás la palabra de falsos ídolos.

¡Hola, artemaníacos! He vuelto después de tanto tiempo para haceros una pregunta:

¿Por qué?

Desde hace mucho tiempo, y sobretodo estando en contacto con el vasto mundo de internet, me he topado con un tipo de personas al que, si perteneces, mal rayo te parta.
Me refiero a ese tipo de gente que se dedica a juzgar los gustos musicales de los demás, intentando imponer los suyos propios, "argumentando" que si no te gusta determinado estilo musical, o determinados artistas en concreto, tu gusto es pésimo.

Como aclaración, no voy a hablar sobre Justin Bieber, One Direction ni similares.

Los que me conozcan mínimamente sabrán que me gusta el rock clásico, heavy metal, hard rock y similares, cosa que no me ha dado muchos problemas el confesarlo, salvo que me encuentre delante de algún cerrado de mente que aún piensa que KISS es una banda que incita al culto a Satán.
El problema me lo he encontrado ya bastantes veces, al comentar que me gustan varias canciones de El Canto del Loco, o que me pasé la mayor parte de mi adolescencia escuchando Estopa.

Y no lo entiendo. Puedo decir que me gustan las acelgas a alguien que las odia, o que detesto las gambas al vapor a alguien que las adora, y no les importará lo más mínimo, pero si le digo a alguien que no le guste el pop, que me gusta alguna canción de ese género, se me tirará al cuello cual lobo hambriento.

No lo entiendo. ¿Qué más te dará lo que caga el vecino si no has de comerlo?
Y a los hechos me remito. Recuerdo una conversación con cierta persona, de la que no recuerdo exactamente el tema del que hablábamos, pero comenté que tiempo atrás, solía escuchar El Canto del Loco, y la persona en cuestión me dijo lo siguiente: "¿Pero qué dices? Me has decepcionado, la verdad. Mira, ¿sabes qué? Paso de hablar de música con alguien como tú, que no tiene criterio musical y no sabe debatir sobre el tema, intentando imponer sus gustos pésimos ante los del resto. Mejor dejamos el tema." Y lo peor de todo es que la cita es textual, exceptuando la parte de "gustos pésimos", cambiando "pésimos" por algo que rima con "izquierda".

A día de hoy, cada vez que pienso en ello se me sigue inclinando el pompis sobremanera, y por ello hay una pregunta que siempre rondará mi hermosa cocotera:
¿Qué recontrademonios (por no decir lo que rima con "izquierda") le importará a la gente si mientras viajamos por una autopista al infierno te susurro al oído que en silencio, te busco, y sueño con poderte amar?

Aquí estoy porque he venido,
porque he venido aquí estoy.
Si no le gusta mi canto,
dos piedras.

domingo, 5 de mayo de 2013

Los amos de la noche.

Aviso a navegantes cortos de entendederas: La siguiente publicación no trata sobre las películas/libros/series de vampiros en sí, sino de los vampiros como personajes ficticios. 

Sí amigos, hoy quiero hablaros de esos seres tan amados por todos: Los vampiros.

¿Qué son los vampiros? Los vampiros son unos seres -originariamente rumanos- pálidos, racistas, violentos, prepotentes, autoritarios, desalmados, creen que su especie es superior sobre el resto... Resumiendo, son nazis con colmillos largos. Ah, sí, y tienen un extraño fetiche con las capas de cuello alto.
Como tantas otras criaturas sobrenaturales, se alimentan de sangre, algo no demasiado raro dentro de lo paranormal.

Posiblemente muchos esperen de esta entrada otra crítica más hacia los vampiros brillantes de Crepúsculo. Que si son una vergüenza para su especie, que no deberían brillar, que son afeminados y poco amenazantes...
Me gustaría hacer un inciso en eso de que los vampiros de Crepúsculo son afeminados y poco amenazantes.
Sí, lo son, pero... ¿Acaso no lo son la inmensa mayoría de vampiros? Hablamos de tipos pálidos, bien peinados, vestidos de aristócratas y en ocasiones luciendo una bonita capa. Venga, si hasta el temible Drácula de Bram Stoker tenía un culo en la cabeza, eso carece de seriedad alguna.

Pero más que su aspecto, algo que me escama acerca de los vampiros son sus debilidades.
Como todo hijo de vecino, mueren si les clavas una estaca en el corazón, les cortas la cabeza o los incineras. El sol puede hacerles mucho daño llegando al punto de matarles. Vale, bien, son criaturas nocturnas y lo entiendo.
Tienen debilidad al ajo. AL AJO. Unos seres de la noche supuestamente terroríficos y extremadamente peligrosos se mueren si les tiras una maldita hortaliza a la cara. Y aún tendría un pase si se tratara de una hortaliza grande y dura con la que pudieras hundirle la cara a mamporros, pero no, se trata de un maldito ajo. Una  hortaliza que según nuestra querida Wikipedia "Tiene un sabor fuerte y ligeramente picante". Que ni siquiera llega a ser picante del todo. Si al menos tuvieran debilidad a la guindilla, haciendo que cuando le atacaran con una se muriesen de un terrible picor de huevos, pues tendría un pase. Pero un ajo...

En fin, podría dedicar varias entradas al concepto de ajo como archienemigo mortal, pero pasemos a un tema más interesante: El sexo.
En efecto, en muchas ocasiones se nos presentan vampiros fornicando -ya sea entre ellos o con mortales- y como con cualquier escena de sexo en cualquier película/serie/documental/noticiario/lo que sea, la gente lo encuentra completamente normal.
Bien, yo hay un detalle que no alcanzo a entender: La erección del pene se consigue gracias a una acumulación de sangre en el mismo. Los vampiros no bombean sangre, luego en sus penes no puede producirse tal acumulación de sangre, lo cual imposibilita dar pie a una erección.
Por tanto mi teoría es que en la cama, los vampiros se limitan a frotarse los unos con los otros cual perrete violando la pierna de su dueño hasta cansarse y creer que han hecho algo productivo.

En definitiva, a los vampiros no se les levanta porque no bombean sangre, y por algún motivo (ellos dicen hambre) se pasan todo el día bebiendo sangre con un ansia irracional.
Blanco y en botella: Leche.

sábado, 13 de abril de 2013

Fauna urbana: El Niño Rata.

Saludos, amantes de la naturaleza. Hoy vengo a hablaros de una de las criaturillas más queridas de nuestro ecosistema: Los niños. Pero no de todos los niños, sino de esa sub-especie que todos conocemos denominada Niños-Rata (Tranquilos que no voy a seguir cebándome con E.T. de momento).

¿Qué es un Niño-Rata? Un Niño-Rata (o NR, para abreviar) es aquel niño repelente que actúa, corretea, piensa, y en ocasiones incluso grita como una rata. Si todavía no os ponéis en situación, aquí vienen una serie de ejemplos: ¿Estás en un restaurante y hay un niño gritando y corriendo por el local, pasando peligrosamente cerca de tu mesa, obligándote a preocuparte y maldecir a su familia cada vez que pasa? NR; ¿Estás haciendo la compra y se acerca corriendo un niño a coger algo de tu carro o simplemente a agarrarse del mismo como si fuera un mono? NR; ¿Estás en el cine, viendo una película que no es para niños necesariamente, y desde que apagan las luces un niño comienza a gritar y patalear sin motivo aparente? NR. Y hay miles de ejemplos más, pero en definitiva, NR es aquél niño que te hace pensar/decir "Ojalá alguien le de una hostia".

Pero hay algo peor que la propia existencia de los NR, y es el hecho de que generalmente la culpa es de los padres. Sí, amigos, porque NR no se nace, se hace. Pero claro, para mucha gente es mas fácil despreocuparse por su hijo y dejar que le eduque la tele o internet, y si luego se porta mal decir que es culpa del entorno, o simplemente dejarlo por imposible y actuar como si tu hijo no fuera un NR.

Y el problema de toparte con un NR no es sólo el incordio que provoca, ni el ruido o destrozo que pueda causar. El problema es que, como no es tu hijo, no puedes parar al NR y darle la reprimenda que merece, ya que si lo intentas, aparecerá un energúmeno de talla adulta, que resultará ser el progenitor del NR y que te responderá de dos maneras posibles. La primera, muy frustrante es la típica disculpa falsa, seguido de un "ay, pórtate bien que estás molestando a este señor" hacia el NR que tú sabes perfectamente no servirá absolutamente de nada y la despreocupación por su vástago que precede. La segunda, mucho más común, es que dicho progenitor sea lo que se conoce como un imbécil integral, y aún tenga la cara de ofenderse porque te hayas quejado de su hijo, acusándote de ser alguna especie de demonio devora-bebés que odia el concepto de familia y a la sociedad en general.

Y la cosa no queda ahí, porque todos sabemos que los niños crecen, y aunque muchos tienen la esperanza de que esos NR crezcan algún día y dejen de ser tan repelentes, no nos engañemos. Crecerán, sí, pero la mayoría lo hará para convertirse en adolescentes maleducados sin respeto por nada ni nadie, y de esos, la mayoría terminarán siendo imbéciles integrales que criarán a mas NR hasta que el mundo quede plagado de ellos.

Y dicho esto, quizá os preguntéis qué remedio existe para esta plaga, o qué se puede hacer cuando te ves en presencia de uno de ellos. Mi recomendación: Fuego. Y no escaseéis, el fuego limpia y purifica. Purifica más que limpia, pero limpia mejor que azotar a una ramera con una rama de laurel bendecido.

jueves, 4 de abril de 2013

El Retrasado Intergaláctico

Aviso a navegantes: La siguiente publicación no trata sobre "E.T. El Extraterrestre" como película, sino de "E.T." como personaje ficticio de dicha película.

Damas, caballeros y personillas varias, doy por sentado que todos sabéis de que trataba mi última entrada. Pues bien, no señalaré a nadie, pero muchos se indignaron por el hecho de colocar a E.T. en el segundo puesto de "Extraterrestres que ojalá les aplaudieran en la cara con una silla". Como respeto a todos mis lectores y quiero que veáis que os quiero a todos por igual y no es mi intención que nadie volviera a llorar por arremeter contra ese adorable ñordo con patas, voy a dedicar esta entrada a explicar por qué alguien debería sacudir con un saco de naranjas al ya mencionado retrasado intergaláctico.

Bien, de primeras debo mencionar que hay un dato que todo el mundo ha parecido olvidar: ET es un niño rata. Sí, amigos, negadlo cuanto queráis, pero así es. Y a las pruebas me remito.
La prueba fundamental de que ET es un niño rata es el propio inicio de la película, donde vemos como un grupo de ñordos está recolectando plantitas, y la escena sucede tal que así:
-Venga ET, deja de acariciar ese pino y vuelve a la nave, que nos vamos a casa.
-CAIA MAMA EN HESTE PLANETA NO TIENES AUTORIDAZ SOBRE MI!!!
-¡ET, deja de mearle las ruedas al coche de los federales y entra en la jodida nave!
-JO MAMA TE ODIO NO ME DEJAS HEXPRESAR MI CREATIBIDAD! ÑEEEEE

Y así es como queda demostrado que ET es un niño rata.
Pero la cosa no queda ahí, porque por algún motivo, el bicho, tras huir del bosque cual mono drogado, decide esconderse en la casa mas ruidosa del pueblo. Vamos, como el que se pierde en la montaña y decide que una cueva habitada por osos hambrientos es el mejor refugio.
¿Pero la cadena de malas decisiones del bueno de ET termina ahí? ¡No! Porque poco después decide seguir a un chico que le atrae con caramelos. ¿Soy el único al que de niño, su madre siempre le decía que no se debe aceptar caramelos de un desconocido? Porque parece que este pequeño bastardo no lo tiene muy claro. Lo que confirma definitivamente que estamos ante un niño rata.

Venga, reconozcámoslo, durante el resto de la película el comportamiento de ET deja muy claro que el chico un lumbreras no es. Lo que pasa es que a ET está bañado por el efecto Forrest Gump, y esto es así. Porque todo el mundo sabe que Forrest Gump tiene un retraso mental, pero nadie se atreve a decirlo, y en cuanto alguien lo menciona, al resto de gente le falta tiempo para lanzársele a la yugular. "No es retrasado, sólo es un poco lento, pero es un buenazo" si será un buenazo, pero su retraso mental es algo médico, negarlo es una tontería.
Pues lo mismo pasa con ET: Es un niño rata con la misma capacidad de improvisación que un gato chino de la suerte.

Lo sé, duele darse cuenta de que ET merece un sillazo en la cara, pero la verdad iba a salir a la luz tarde o temprano.

miércoles, 3 de abril de 2013

Líbranos del mal, Amén.

Atención, el siguiente saludo puede herir su sensiblidad. El autor de este blog no se responsabiliza de posibles daños irreversibles:
Ola k ase? Lee mi publicasión o k ase?
Bien, anos cosquilleados aparte, aquí viene el informe de situación: Por si no lo habéis deducido aún, hoy vengo a hablaros sobre las películas/series/videojuegos sobre monstruos y otras criaturas sobrenaturales con explicación religiosa, o más concretamente de la gente que se queja de ello.

Pues sí, amigos, por si alguien no lo sabía aún, me encantan las películas/series/videojuegos sobre monstruos y/o criaturas sobrenaturales, véase zombis, infectados, tipos como Jason Vorhees y Freddy Krueger, fantasmas no tanto, licántropos... Vampiros no. En serio, no es por faltar, pero no puedo con los vampiros, sus capas, su debilidad al ajo... No, en serio, ¿Debilidad al ajo? Joder, no puedo tomarme en serio a un supuesto monstruo terrorífico que se muere de un infarto al entrar en contacto con un maldito vegetal. Pero bueno, el tema vampiros lo dejaré para otro momento, no sin antes mencionar que no me causan urticaria todos los vampiros: Los de 30 Días de Oscuridad molan, y alguno más habrá.

El caso es, como iba diciendo antes de que los malditos vampiros me interrumpieran, me encanta ese género, y si os interesa el tema sabréis que para esas historias siempre hay una explicación, véase: Una hamburguesa con un virus extraño que convierte a la gente en zombi, una mutación artificial del virus de la rabia que convierte a la gente en zombi, una mutación del virus de la gripe que convierte a la gente en zombi, Estadounidenses que intentan boicotear el gobierno cubano y convierten a la gente en zombi, un niño marginado al que metían piñas por el ano en el colegio y ahora es un drogadicto con un disfraz, una familia de paletos caníbales, extraterrestres invasores, más extraterrestres invasores, extraterrestres que no eran malos pero les tocaron las pelotillas y ahora sí lo son, extraterrestres con hambre...
Lo reconozco, también me irritan los extraterrestres. Prácticamente los únicos extraterrestres a los que no les tengo tirria son Goku, Bardock y Vegeta, los Transformers y pocos más. Mi lista de extraterrestres que ojalá les aplaudieran en la cara con una silla la encabezan Superman y E.T. pero eso también es tema aparte que ya profundizaré en otro momento.

Volviendo al tema, aunque muchas veces se intenta dar una explicación práctica, a veces la explicación es religiosa, con casos como:
Lucifer, un demonio enviado a la tierra por Lucifer, el hijo secreto de Lucifer (a Lucifer no le tengo tirria, pero cambiaré de ejemplo por no aburrir), la mano de Lucifer (ahora en serio, no más Lucifer), una posesión infernal, un alma negra (no negra de "alma de chico negro" sino de maldad) resultado de la siniestra fusión entre chorrocientasmil almas de pecadores perturbados, ángeles caídos, y un largo etcétera.
El caso es que debido a la explicación religiosa, la forma de combatir a dicho monstruo es también religiosa. Véase un exorcismo, rezarle un padrenuestro o enterrar los restos del bicho en camposanto.

¿Qué pasa? Que mucha gente critica las explicaciones religiosas ya que según ellos (yo en el tema religión a modo personal no entraré por no ofender a nadie) carece de lógica, rigor o credibilidad. Y digo yo, ¿acaso es mas creíble la explicación científica? Porque a mí que me perdonen, pero me parece igual de ficticio zombis cuyo origen es un virus mutado, como zombis cuyo origen es una niña poseída que está reclutando un ejército de amiguitos descerebrados.
Vamos, es que yo lo veo comparable a la gente que critica el hecho de que en Bob Esponja tengan piscinas bajo el mar, o hagan hogueras, como si el hecho de que una jodida esponja está hablando con una estrella de mar retrasada fuera perfectamente creíble.

Es que vamos, aún hay gente que critica a Freddy Krueger por tener explicación y debilidad relacionadas con la religión cristiana, pero no toquemos la fruta del cocotero innecesariamente, porque por muchas vueltas que le deis, siendo realistas el hecho de que un señor quemado se meta en los sueños para matar a sus víctimas haciendo que las heridas del sueño se reflejen en el mundo real no se puede razonar de ninguna forma, así que da igual la explicación que le den ya que va a ser igual de ficticia.

En definitiva, amigos, si de pequeños os metían piñas por el ano acudid a un psicólogo, pero no vayáis por ahí apuñalando gente, que eso está feo y ensucia.

lunes, 1 de abril de 2013

Noticia de última hora: Por primera vez en la historia Abril va después de Marzo.

Hola amigos, amigas y .
Por si alguien no lo ha intuido aún, hoy voy a hablaros sobre esa costumbre que tienen en las noticias de la tele en decir "Hace más de 100 años que no se ve algo así".
Vale, ahora es cuando la mitad de los presentes dice "Pero Señor Mono, yo no veo la tele". Así que como soy considerado hablaré sobre ello de todos modos.

El caso es que hoy, cocinando como buena ama de casa que soy, estaban las noticias de fondo y escuché a la presentadora decir algo así como "No se veía una Semana Santa con tanta lluvia desde 17XX". Bien, profundizaré un poco sobre el detalle de "Oh, no, está lloviendo en Semana Santa, qué sorpresa, qué horror". Voy a dar un pequeño dato histórico con perdón de los lectores cristianos:

Como muchos sabréis, muchas festividades cristianas provienen de otras celebraciones paganas. En este caso era el llanto o súplica a algo así como el dios de la fertilidad durante 40 días (ahora cuaresma) debido a la sequía previa. Y tras esto coincidían las primeras lluvias, y lo celebraban (ahora Semana Santa). Así que ya desde sus inicios, la Semana Santa se "decidió" celebrar al principio de la época de lluvias. Y aun así, desde que tengo uso de razón todos los años llueve en Semana Santa, y todos los años dicen que nunca había llovido en Semana Santa, y todos los años la gente llora porque la lluvia les ha cogido con el culo destapado.

Y no se trata sólo de estas fechas. Lo mismo pasa con el verano y su calor. Todos los años se escucha en la tele "Este es el verano más caluroso de la historia de España", y muchas veces las temperaturas no alcanzan a años anteriores. Recuerdo que siendo yo pequeño, remarcaron mucho un verano que en Sevilla habían pasado los 40º y que prácticamente el asfalto se estaba fundiendo, los peatones incinerando y los pájaros asándose vuelta y vuelta al punto de sal. Y aun así, a veces sigo escuchando "En Sevilla han alcanzado los 38º, temperatura que no se alcanzaba desde hace más de 50 años. Esto es información rigurosa, fiénse de nosotros aunque seamos tan lerdos que no sepamos ni contrastar la información con la maldita WikiPedia".

Y mi favorito: Las lluvias veraniegas (especialmente Junio-Julio).
Bien... quizá, y digo quizá, no me hagáis mucho caso porque igual me equivoco ya que no estoy tan puesto en el tema como los señores de las noticias, pero... QUIZÁ se deba al pequeño detalle de que Junio-Julio es época de lluvias. Vamos, digo yo que igual llueve por eso, porque a mis 23 años no recuerdo ni un solo año que no se haya dicho eso de "Joder, con tanta lluvia este año nos quedamos sin hoguera de San Juan". Pero aun así llueve, y en las noticias vuelven con la cantinela de "No llovía en Junio-Julio desde que a la Duquesa de Alba todavía no le llegaban las ubres al ombligo".

En fin amigos, disfrutad de esta entrada, ya que no se veía una publicación en este blog desde el debut televisivo de Jordi Hurtado.

domingo, 17 de marzo de 2013

De profesión: Tocapelotas (Volumen 1).

Hola, querido lector. Te preguntarás por qué te he hecho venir hasta aquí. Te haré una pregunta sencilla: ¿Trabajas como teleoperador/a? Si es así, debes saber que has perdido parte del respeto que te tenía.

En efecto, amigos, hoy voy a hablar sobre esos seres despiadados que no respetan nada ni nadie: L@s secretari@s del Diablo.
Y aun, algún alma cándida preguntará: ¿Qué tienes en contra de estos seres aparentemente inofensivos? Pues bien, tomad asiento. Aquí van dos relatos reales sobre estas criaturas del averno:

Hace tiempo, y por algún motivo que desconozco, una compañía a la que llamaré Bluestel para no mencionar su nombre, comenzó a llamar a casa preguntando por una persona que ya no vive aquí. Al principio, amablemente les indicábamos que esa persona ya no residía con nosotros, a lo que siempre contestaban con "Vaya, lo siento, y le interesaría nuestra oferta de...".

Cansado de tal acoso, decidí tomarme las cosas con humor, y puesto que la próxima vez que llamaron estaba comiendo, contesté con la boca llena. Cómo no, era una teleoperadora de Bluestel explicándome su nueva oferta de ADSL+Fijo+Móvil+Consoladores de colores a TAN SOLO 15€ al mes, una auténtica ganga, a lo que yo iba contestando haciendo notar que tenía la boca llena. La chica, que al parecer era muy avispada, se dio cuenta de que me estaba tomando la llamada a broma y comenzó a vociferar algo similar a esto: "¡Tú no sabes con quién te estás metiendo! ¡Sigue riéndote de mi y te corto la línea de teléfono, listillo! ¿¡Te crees que esto es una broma!?". Hablando en plata, la reacción de la chica me dejó el culo torcido. Así que, como buen jugador de poker que nunca he sido, me marqué un farol y le dije "¿Sabes que he grabado esta llamada y que si vuelvo a recibir otra de tu compañía preguntando por alguien que no está, iré a la comisaría de policía con esta grabación?". La llamada se cortó al instante, y aunque parezca mentira, no han vuelto a llamar de Bluestel a casa.

La otra historia, y para no cebarme con la infame compañía Bluestel, trata sobre otra compañía distinta.
Servidor, que es mas pobre que las ratas, tiene contratado "Moviestrella" con la tarifa del 6 en el móvil. O lo que es lo mismo, 6€ al mes, sin conexión a internet. Y claro, en Moviestrella, que tontos no son, insisten en que me haga alguna de las otras múltiples tarifas en las que puedo pagar más por servicios que no necesito. Normalmente en cuanto les digo que no tengo dinero para pagar más, se despiden y cuelgan, pero un día...

Hace no mucho, recibí una llamada de Moviestrella a mi móvil. Cómo no, el chico que llamaba me ofrecía cambiar mi tarifa a una que costaba 25€ al mes. Solo con escuchar eso dije que no me interesaba, a lo que el chico contestó con un tono bastante prepotente: "¿Cómo sabe que no le interesa si no le he explicado la oferta?" a lo que mi respuesta fue "Porque has sido tan listo que me has dicho el precio primero...". El chico explicó su oferta, que básicamente consistía en lo mismo que ya tenía, pero con conexión a internet sin límite. Cada vez que le decía que yo no necesitaba eso, él me decía "Señor, así podrá saber si alguien le mandó un correo electrónico esté donde esté". ¡Claro que sí, justo lo que necesitaba! ¡Saber que puedo comprar viagra a 15€ el frasco esté donde esté! Pero por más que le explicaba que no iba a pagar mas aunque me ofreciera un año de felaciones gratis, el chico ignoraba mis argumentos y seguía repitiendo su oferta una y otra vez, así que grité "¡Tío, eres mas tonto que cagar haciendo el pino con la boca abierta!" y colgué.

Por último, si algún teleoperador leyó esto: NO-QUIERO-COMPRAR-NADA.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Habemus pocas Papas.

Sí, amigos: Habemus Papam. Y dada la grandeza de este evento tan interesante y que tanto va a influir en nuestras vidas porque va a ser un factor determinante para el avance de la tecnología y el progreso social y... Vale, mejor dejo el sarcasmo. El caso es que en honor a este famoso evento, hoy os vengo a hablar de Papas, también conocidas como patatas o snacks, o mas bien de la ausencia de ellas.

Decidme una cosa: ¿Cuándo fue la última vez que comprásteis una bolsa de patatas/snacks y en el interior había más patatas que aire?
Yo tampoco lo recuerdo.
Y muchos dirán (y dicen): "No, es que el aire de la bolsa es para proteger las patatas y evitar que se rompan." Y yo digo: "Mis cojones." Porque al igual que les pasa a los distribuidores de snacks con su producto, yo tampoco quiero que mis dos amiguitos ovalados se rompan, pero no me veréis con una bolsa de aire en la entrepierna.

No es que esté sugiriendo que utilicen ropa interior para envasar los snacks, pero hay otras alternativas a llenar la bolsa de aire. Así, a bote pronto me viene una alternativa a la cabeza: Llenar la maldita bolsa con patatas, que para eso la he comprado.

Pero tranquilos, aún hay esperanza. Hace no demasiado, dando un paseo por un supermercado del cual Carre-no diré el nombre-four por no hacer publicidad encontré algo que creía extinto: Una bolsa de patatas fritas llena de... PATATAS. Lo sé, yo tampoco creí lo que estaban palpando mis dedos, así que comprobé de nuevo, y tanto esa bolsa como el resto de bolsas (que por cierto eran de la marca del supermercado en cuestión) estaban llenas de patatas y no de aire.
Así que, ilusionado, compré una bolsa y la llevé hasta casa como si del santo grial se tratara.

Una vez en casa con mi preciado tesoro, me dispuse a abrirlo para comprobar si en su interior se hallaba aquello que creí palpar a través del plástico, y en efecto: La bolsa estaba llena de patatas.
Emocionado, aguantándome las ganas de llorar de la emoción cogí una de las benditas patatas sabor barbacoa y me la eché a la boca, disfrutando el momento como si aquella fuera la primera comida de un náufrago tras una década de comer solo cocos. Sabía a mierda, seamos sinceros, pero la jodida bolsa estaba llena, aunque para el caso no sé que hubiese sido mejor.

Así que ya sabéis, amigos: Si alguna vez os encargáis del envasado de papas o snacks, llenad las condenadas bolsas. Aunque sea de excrementos de mono, la intención es lo que cuenta.

sábado, 9 de marzo de 2013

Induciendo a la sociopatía: Fauna de supermercado.

Hoy, por si alguien no se ha percatado, es sábado. Eso en mi casa significa "día de la compra".
Sí, amigos, hacer la compra. Esa noble y ancestral tradición consistente en entrar a un establecimiento -generalmente- lleno de gente, agenciarte un vehículo de cuatro ruedas no motorizado y enzarzarte en un trepidante derby de demolición con el objetivo de llenar el carro de objetos varios y salir del establecimiento cuanto antes y con el menor número de bajas.

Porque sí, la gente va al supermercado como el que va a los autos de choque: A evitar que el resto circulen y chocarte con todo lo vivo.
Pero la cosa no queda ahí, como en todo ecosistema, la fauna es variada y no todos los especímenes hallados en un mismo supermercado ejercen la misma función. Aquí van los principales grupos de individuos dedicados a atormentar a sus conciudadanos:

· Los tertulianos con complejo de barrera de acceso: Són un grupo de personas que han decidido que un pasillo de supermercado es el mejor sitio donde detenerse a hablar con los amigos ocupando el mayor área posible. Pero ese no es su mejor punto. La parte divertida sucede si estás haciendo la compra con mas gente, ya que acostumbra a suceder que el primero del grupo de peatones pide paso, y los tertulianos -cual torniquete/barrera de acceso al metro- dejan pasar a esa persona, pero vuelven rápidamente a su posición original, impidiendo así el paso al segundo peatón, que deberá pedir permiso para pasar, repitiéndose así el mismo proceso una y otra y otra Y OTRAS MIL VECES hasta que nadie mas necesite pasar. Será entonces cuando un integrante del grupo de tertulianos diga "Chicos, mejor nos movemos que aquí molestamos" y el grupo quedará disuelto.

· La señora del rebufo: Esa señora que, como si se tratara de un coche de carreras cogiendo el rebufo al de delante para acelerar por encima de sus posiblidades, aparecerá de ningún lugar a una velocidad sobrehumana y se colocará delante de tu carro, y entonces reducirá la velocidad hasta llegar a la marcha de señora mayor. Llegados a este punto, este especimen puede actuar de tres formas distintas. La primera -si tienes suerte- consistirá en cruzarse en tu camino e ir hacia un pasillo al que tú no te dirigías; la segunda y mas común consistirá en circular hacia tu misma dirección, pero mucho mas despacio de lo que tú lo harías; la tercera y mas desesperante consistirá en ver como la amable señora se coloca delante tuyo para buscar algo en el estante, que vete tú a saber por qué, finalmente no encuentra y termina siguiendo su camino, siempre en la misma dirección que tú y mucho mas despacio.

· Tu rival del derby: Exacto, si llevas tú el carro de la compra, éste será tu archienemigo. Se trata de otro individuo, equipado con un carro de la compra, que por algún motivo que desconoces te tiene en el punto de mira. Este individuo circulará por el mismo pasillo que tú, en dirección opuesta y buscando la colisión como el que busca agua en el desierto. Porque da igual que te eches a un lado del pasillo; da igual que te pares para darle paso; da igual que te apuntes al programa de protección de testigos y te refugies en un autocaravana en Siberia; tu rival del derby te encontrará y embestirá tu carro con todas sus fuerzas.

Y si a estas alturas te preguntas: ¿Cómo hago para evitar sufrir este infierno? Mi respuesta es: Búscate un carrito resistente y gana el Derby de Demolición.

domingo, 3 de marzo de 2013

Pistola y pezón, mala combinación.


Good morning Vietnam! Digo... Saludos, lectores.
Alguno se habrá dado cuenta del gran abandono en el que tenía al blog, pero por cosas que pasan decidí dejarlo por un tiempo, pero aquí estoy para hablar de un tema que siempre me ha escamado:
El sexo en las películas de acción.

Desde siempre me han gustado las películas de acción. ¿Qué mejor para simular un subidón de adrenalina que ver como lo tiene otro?
Explosiones, cristales volando, peatones gritando y correteando cual monjas escandalizadas tras el asalto de un exhibicionista, sicarios desangrándose como cochinillos, diálogos no siempre coherentes... Junta todo eso en una grabación de 100 minutos aproximadamente y me tendrás mas contento que a un tonto con una bolsa llena de lápices.
Pero por favor, POR FAVOR, no hace falta que me mostréis al protagonista revolcándose con su ligue durante media hora.

No os confundáis, amigos. Me gusta ver a gente magrearse como al que más, no me escandaliza ver una escena de sexo ni mucho menos. Pero sinceramente, para ver porno ya existe el propio porno.
Porque vale, he aprendido a tolerar que en prácticamente todas las películas terminen metiendo un romance, pero si voy a ver una película de tiros y explosiones quiero ver tiros y explosiones, no lenguas y tetas.

Y francamente, no sería la primera vez que estando en el cine me entran ganas de levantarme de mi butaca y gritar: "¡Joder, tío, tienes a una agencia supersecreta que quiere matarte por una información que has obtenido de pura casualidad, deja de lamerle los pezones a esa zorra y ponte a pegar tiros, maldito vago!". Porque vale, si acaba de salvar a su novia entiendo que quieran retozar y jadear como tortugas en pleno éxtasis, pero con que pongan una escena en la que se besan, soban y meten a la cama y pasan a la siguiente escena, ya me imagino que han estado practicando el noble arte del fornicio, no jugando al parchís toda la noche.

Así que por favor, si alguno de los aquí presentes llega a director de cine, no metáis una escena porno en una película de disparos y explosiones, un servidor os lo agradecerá.