sábado, 20 de junio de 2015

La luz al final del túnel [Capítulo 1]

AVISO A NAVEGANTES: La siguiente historia no está basada en hechos reales, cualquier parecido con la realidad es merluza coincidencia.

El accidente

—¿Y qué quieres que le haga? Ya te lo he dicho, han faltado varios compañeros y he tenido que echar un par de horas, no es para tanto. —Sam resoplaba hastiado mientras alguien gritaba al otro lado de la línea—. Mira cariño, estoy entrando a un túnel, si quieres seguir discutiendo espera al menos a que llegue a casa.

Todos los días, mañana y tarde, pasaba por ese túnel.
Nunca le habían gustado los túneles. Eran estrechos, oscuros, agobiantes y demasiado concurridos para su gusto. Y ese no era una excepción. Pero hoy, sin duda, se alegraba de haber entrado en ese túnel.
A veces se preguntaba si había hecho bien dando el paso de vivir juntos. La vida en pareja le gustaba, desde luego, le gustaba estar cerca de la persona que, en el fondo, más necesitaba y saber que cuando la buscara iba a estar ahí, sin necesidad de salir de casa ni de coger el teléfono.
Pero echaba de menos las despedidas. Se seguían despidiendo, sí, pero no de la misma forma. Echaba de menos despedirse sin tener que explicar qué estaría haciendo hasta que volvieran a verse, salir tarde del trabajo y no tener que justificar su tardanza, como si las horas del día que le sobraban de sus obligaciones hacia el trabajo hubiesen pasado de ser horas libres, a horas que dedicar a otras obligaciones de las que nadie le había hablado antes.
En los últimos meses su vida había entrado en un túnel del que nadie le avisó, donde sentía que cualquier intento por cambiar de carril tenía que terminar en una discusión, y donde el aire no corría por más que bajara las ventanillas.
Y entonces chocó.

Alguien golpeó el techo del coche. La voz de un hombre mayor retumbaba en su cabeza.
—¿Está usted bien?
Sam recobró la conciencia y vio a un hombre con bigote, parado junto a donde solía estar la puerta de su coche. El morro del vehículo había quedado aplastado contra una ranchera, el volante le apretaba el pecho y sus esfuerzos por moverse resultaban aún más dolorosos que aguantar en esa posición.
—¿Qué… qué ha pasado? ¿Por qué ha parado?
El hombre miró la ranchera y sonrió.
—Tranquilo, mi coche es ese. —Dijo el hombre señalando hacia alguna otra parte—. El dueño de este se fue hace un rato. Pero no te preocupes, que dio recuerdos a tu familia.
—¿Cómo que se fue?
—Se fue. Se cansó de esperar y se fue, como los otros. —El hombre se dio la vuelta y miró a ambas direcciones del túnel, como si necesitara comprobar que todo seguía igual—. Llevamos como una hora parados, los tres carriles están llenos, y el otro sentido está igual. Muchos se fueron a comprobar las salidas.

Se oyeron unos gritos muy distantes, hacia la entrada del túnel, parecía que alguien se estaba peleando.
Sam intentó liberarse de su prisión, pero el cinturón seguía abrochado. Lo desabrochó sin dificultad, para su sorpresa, pero seguía sin poder moverse.
—Espere, iré a por algo para hacer palanca.
El hombre se alejó entre los coches y Sam lo perdió de vista.

Se escucharon más gritos de pelea, pero esta vez acompañados por otros gritos más cercanos.
—¡Corred, corred, corred!
Una mujer pasó corriendo junto al coche y tropezó con la puerta del conductor, que había quedado tirada en el suelo. La mujer alzó la cabeza, miró a Sam, y sin mediar palabra se levantó y siguió corriendo.
—¡Por favor, ayuda! —Gritó Sam, intentando retirar el asiento sin éxito.
Tres personas más pasaron corriendo, pero ninguna se detuvo siquiera a mirar a Sam, que trataba de liberarse con todas sus fuerzas.
—¡Por favor! ¿¡Qué está pasando!?

4 comentarios:

  1. Mola mucho, espero con ansias el que sigue <:

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  2. ¡¡¡¡Qué vienen los malos!!!!
    En verdad la que viene es la mujer, todo el mundo sabe que una mujer mosqueada con su marido es capaz de parar la circulación de tres carriles de ida y tres de vuelta solo para pedirle explicaciones de porqué llega tarde y porqué huele a su "amiguita".

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  3. Javi! Queremos la segunda parte! Te echamos de menos!!

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  4. Javi! Queremos la segunda parte! Te echamos de menos!!

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